
El libro de la Sabiduría nos ofrece uno de los calificativos más bellos de Dios: «Amigo de la vida». Esta denominación tiene aún más alcance si consideramos que está escrita en un momento en que los judíos de Alejandría son perseguidos por los egipcios paganos. El autor del libro de la Sabiduría está hablando del amor de Dios por todas sus criaturas, por todos los seres humanos, más allá de la perspectiva histórica de la elección del pueblo de Israel.
Podemos definir la filosofía de este libro como un «optimismo radical»: todo es bueno. De esta manera, comprendemos la Sabiduría como comentario al primer capítulo del Génesis: después de cada jornada creativa, Dios contempla lo realizado y ve que es «bueno»; al final, se insiste: «Todo era muy bueno».
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