
Un pozo en Samaría, una piscina en Jerusalén y un sepulcro en Betania: tres lugares fundamentes que marcan los tres domingos últimos de Cuaresma, camino de la Semana Santa. El agua, la luz y la vida: tres símbolos bautismales que nos remiten a la vida de Jesús y nos abren a la verdad sobre el bautismo y la vida cristiana.
El tema fundamental del relato de la resurrección de Lázaro es la vida; es también el tema bautismal elegido para preparar la Pascua: bautizarse es participar de la vida de Dios, resucitar con Cristo, dejar que el pan de vida alimente nuestros cuerpos en camino hacia la meta de la casa del Padre.
Es una de las siete definiciones solemnes que san Juan da sobre Jesús: «Yo soy la resurrección y la vida». Marta escucha a Jesús y cree profundamente en esta verdad del Mesías: él ha venido para que tengamos vida, vida en abundancia.
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