
Lo que más sencillo y profundo nos brota del corazón en este día es felicitar la Navidad a todas las personas a las que queremos. Los mensajes y los buenos deseos son signo de nuestro cariño: nos comunicamos porque amamos. El contenido también es importante: tal vez no exista una fecha más entrañable para compartir ternura como la Navidad, tal vez no exista ningún día que nos hable tanto de amor como la Navidad.
Yo querría felicitar también la Navidad desde la blancura del texto, desde las palabras escritas que, al ser leídas, pueden llegar al corazón. Querría hacerlo desde Belén, como José de Nazaret.
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