¿Serán pocos los que se salven?
Esta pregunta ha preocupado a muchos a lo largo de la historia. También se la hicieron a Jesús de Nazaret.
La preocupación por el número es frecuente entre nosotros, en el ámbito social y también en el interior del cristianismo. Las encuestas, por ejemplo, son un signo de la importancia del número y el poder que tiene quien maneja esos números. También los cristianos nos preguntamos por el número de bautizos, bodas, asistentes a clase de religión y muchas otras estadísticas. Es frecuente preguntar cuántos seminaristas tiene una diócesis, o cuánta gente acude a la eucaristía un domingo en una determinada parroquia.
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